Desde el río Bravo hasta el puerto de Tampico, la costa se encuentra bordeada por gran cantidad de islas e islotes que configuran los cordones litorales de las albuferas. Todas son de pequeñas proporciones y por las constantes transformaciones que sufren, ninguna merece atención especial, aparte de la isla de Lobos, que es punto de referencia para la navegación entre Tampico y Veracruz.
La falta de puerto natural apropiado en todo el segmento medio del litoral del golfo de México ocacionó que alcanzara gran importancia en la historia del país un menudo y árido arrecife contiguo a la costa que sirvió de resguardo contra los vientos del norte. Así, operó como el principal territorio de desembarco de la Nueva España y el México independiente hasta la mitad del siglo XX. San Juan de Ulúa es la isla más célebre y rica en acontecimientos históricos del territorio nacional, como lugar que ha visto invasiones, el paso de bucaneros y piratas, además de haber servido como prisión para destacados personajes como fray Servando Teresa de Mier.
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